Pequeño Artículo con Detalles sobre Oraciones Para Adoracion Al Santisimo

oraciones para adoracion al santisimo

Protege a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre. Sí, mi dulce Jesús, con gusto pasaría la noche entera al pie de este altar, orando y conversando íntimamente contigo, sabiendo solo Tú y lo que pasa en un corazón enternecido por todas tus bondades. deseaste, Señor, que tu Hijo Unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha en este momento las oraciones que te vamos por nuestros hermanos enfermos. Y otorga a cuantos se hallan sometidos al mal, la aflicción o la patología, la felicidad de sentirse elegidos entre esos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la Pasión de Cristo para la redención de todo el mundo. Infunde en , Señor, el espíritu de sabiduría, enserio y de paz, a fin de que conozcamos lo que a Ti te gusta, y, una vez conocido, lo realicemos con un mismo sentir y querer. Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros errores y los del mundo entero.

• Y por tus santas heridas nos has curado, por tu Hermosa Sangre nos has salvado.
• Confía en el Señor y realizará su obra.

No deseo convertirme en un católico de fe tibia que se dirige al sepulcro en pos de un cuerpo inerte, un Cristo yaciente envuelto en un sudario. Deseo hallar a ese Dios eterno y también inmortal, tres ocasiones Santurrón. El santísimo sacramento es un acto de fe que se hace en la iglesia católica en donde reconocemos y admitimos el sacrifico del señor Jesucristo. Este acto acostumbra hacerse el tercer domingo de cada mes donde es expuesto para que los fieles logren elevar sus adoraciones. ¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón! , heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la vivienda de su padre. Fatigado de todo, sólo a Ti deseo, solo a Ti busco, solo en Ti encuentro mi bien.

Orar Con El Corazón Abierto

Yo la imploro, pues, en tu divino acatamiento, óyeme propicio, Dios mío. Detesto mucho todos mis pecados y no quiero cometerlos ya más; antes, arrepentido y pesaroso de mientras que viviere, estoy dispuesto a llevar a cabo penitencia y agradar según mis fuerzas. Disculpa mis pecados por tu santurrón Nombre.

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Oración Al Santísimo Sacramento

Deseo constatar que Cristo es mi aliento. Que el me conoce, sabe quien soy y adonde voy. Deseo constatar que es al Él a quien debo todo, que me corona de inmensidad de favores y de la felicidad de su enorme misericordia. Mi hija mediana y entramos ayer por la tarde en un templo cercano a nuestra casa para hacer un rato de oración. Resplandeciente en el fondo, sobre el altar, la custodia con Jesús Sacramentado. El sacerdote, con acierto, ha puesto junto al altar una figura de la Virgen María, Nuestra Señora de Fátima, en actitud orante acompañando al Señor. Entras a llevar a cabo un rato de oración y allí están, Jesús y María, unidos en el corazón y atentos a tu plegaria.

Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives “siempre y en todo momento intercediendo por ” (Heb. 7,25). Con esta FE, llevada a cabo de escucha contemplativa, entenderemos alumbrar nuestras ocasiones personales, tal como los distintos campos de la vida familiar y social. Tu presencia en la Eucaristía empezó con el sacrificio de la última cena y prosigue como comunión y donación de todo lo que eres. “ tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y popular que tú eres el Hijo de Dios” (Jn. 6,69). Y que se mantenga ajeno de la maldad que pudre el alma. De aquel que dio la vida por los pecados del hombre.

En la fe, entendemos que tu promesa no puede fallar. El celebrante se arrodilla enfrente del altar y también inciensa el Santísimo Sacramento. En el momento en que se termina la canción de entrada, se hace un instante de oración en silencio. Toda vez que lleve a los adolescentes a estar frente a la presencia real del Señor, espere que ocurra algo asombroso.

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Salva mi alma que redimiste con tu hermosa sangre. Veme aquí que me encomiendo a tu misericordia, me entrego en tus manos. Haz conmigo según tu amabilidad y no según mi malicia y también iniquidad. Como María deseo presenciar a un Cristo vivo, no un Jesús olvidado, un ser sin vida, un Dios caduco, un Cristo olvidado porque para mí Cristo es la presencia viva en la Eucaristía, es el acompañante en el sendero de mi cruz cotidiana, el testigo de mi acercamiento amoroso con el prójimo. Quiero que la certeza de su presencia llene mi vida, distancie de mi los miedos, las fragilidades, las tribulaciones, las comodidades que me embargan, los pesares… No deseo reemplazar a Cristo por ídolos mundanos.

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Por medio de la Adoración Eucarística – proclamamos a Jesús al planeta. Mediante esta «amistad,» estamos inspirados y fortalecidos para asumir desafíos de la vida, para llevar nuestra cruz cada día con una exclusiva actitud, para transformarse en una «novedosa creación » (cada vez más a Jesús). Esta liturgia está desarrollada para «admitir maravillosa presencia de Cristo en el Sacramento y nos sugiere ir a la unión espiritual con El , que acaba en la comunión sacramental.» (Orden de Solemne Exposición de la Sagrada Eucaristía, el número 7). En el pasado, la bendición se agrega en ocasiones hasta el desenlace de otro servicio o devoción, esto por el momento no se hace. «Adoración Perpetua» es la adoración eucarística durante todo el día (o sea, las veinticuatro horas del día). A «Hora Santa» es «la Adoración Eucarística Reparadora,» que tiene una duración de precisamente una hora. El resto del tiempo, el Sacramento reservado sigue encerrado en el Tabernáculo, a fin de que los leales logren rezar en la presencia del Sacramento.

Ea ya que, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Continúa en este momento un corto rato en meditación y adoración interior, llenando tu espíritu y tu corazón de estos sentimientos. Padre Amado, me entrego a Ti hoy con todo mi corazón y toda mi alma. Por favor, entra en mi corazón de una manera más profunda. Abro todos los sitios misterios de mi corazón y te digo “Entra”, Jesús. creo en Ti, y Te recibo como mi Señor y mi Salvador. Asimismo la liturgia, culmen y fuente de la vida de la Iglesia y, en particular, de toda oración cristiana, tiene un papel importante así como una incidencia privilegiada en la pastoral de las vocaciones.

Nos amaste tanto que diste tu vida por por medio de tu muerte en la cruz. Sufriste los mayores tormentos, insultos y vejaciones. Y por tus santas heridas nos has curado, por tu Preciosa Sangre nos has salvado. Purifícame de todas mis maldades para que pueda recibir menos indignamente tu sagrada comunión. Que tu cuerpo y tu sangre me ayuden Señor, a conseguir de Ti el perdón de mis errores y la satisfacción de mis culpas; me libren de mis pésimos pensamientos, renueven en mí los sentimientos santurrones, me impulsen a cumplir tu intención y me cuiden en todo riesgo de alma y cuerpo. Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende.

Tenía inquietudes y desazón al tomar la decisión. Venía de un espacio protegido, donde podía vivir recogidamente su fe cristiana. Los primeros días en la capital le provocaron indecisión. No sabía que era exactamente lo que le había llevado allí. “En el silencio de la adoración, en frente de la Custodia, he visto por fin la luz. El Señor me hizo entender ¡cuál es el camino que debo seguir! Y sus expresiones resuenan de emoción en mi corazón al escuchar su testimonio y el qué de su explicación.

Sentado frente al Santísimo uno experimenta enormes destellos del amor de Cristo. Conocerse amado por el Amor de los Amores pertence a las sensaciones más profundas que puede sentir el ser humano.

No puedo silenciar qué complacido estoy a su amistad inquebrantable. Deseo que mi oración sea un canto de alabanza. De estupefacción frente tanto inmerecimiento. Quiero que la Muy santa Trinidad sepa que mi corazón canta de alegría por el hecho de que mi vida no es moco de pavo pero tiene la paz de Dios, la amistad de Cristo y la guía del Espíritu.

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