Lo que debes y decir sobre Abre Señor Mis Labios

abre señor mis labios

Si bien Jesús era Hijo de Dios, sintió la necesidad de prepararse a la desaparición mediante la oración. Es precisamente en la oración donde Jesús encuentra la fuerza para confrontar con valor a los sufrimientos. Es un caso de muestra para . No podremos sobrepasar las distintas pruebas de la vida si no tenemos la costumbre de rezar. En realidad la oración es la fuerza del cristiano. Te suplicamos, Señor, que derrames tu felicidad en nuestras ánimas, a fin de que los que por el anuncio del ángel hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

En estos misterios contemplamos la manifestación de Gloria de Jesús, el Espíritu Beato y nuestra Madre Maria. Gloria al padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre y en todo momento de salud de alma y cuerpo, y, por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este planeta y concédenos las alegrías del Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. V. Ave María Purísima.

Jesus De La Divina Misericordia

Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto. ¡Oh luz santísima! llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles. Sin tu asistencia, nada hay en el hombre, nada que sea bueno. Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido.

R.- En la vida y en la desaparición ampáranos Enorme Señora. Solicitemos a Dios, de nuevo, por el eterno descanso de nuestro hermano _____ y por las pretensiones de la Iglesia y el planeta entero.

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Te suplicamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y gozar de las alegrías eternas. Dios te salve, María Muy santa, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto. En tus manos encomendamos nuestra promesa, para que la alientes y el alma de nuestro hermano _____ a fin de que la salves. Dios te salve, María Muy santa, Hija de Dios Padre, Virgen Muy pura antes del parto. En tus manos encomendamos nuestra fe a fin de que la ilumines y el alma de nuestro hermano _____ para que la salves. ¡Oh afligida Reina, afligida Madre, desamparada Virgen! , este Misterio te lo brindamos a fin de que intercedas ante tu Hijo, que nos redimió con su muerte, a fin de que nuestro hermano _____ y todos aquellos que están purificándose en el purgatorio se vean aliviados por Su sangre.

Miércoles – Por la Unidad de la Iglesia y la Paz del mundo entero. Que iluminas los corazones de Tus hijos con la luz del Espíritu Santurrón, haznos dóciles a Tu Espíritu para gustar siempre y en todo momento del bien y gozar de Tus consuelos, por Jesucristo nuestro Señor. Y que jamás falte quien dé la vida por ellos, así como tú la diste por nosotros. Que en el momento en que el desánimo y la flaqueza los agobie en el sendero de su martirio estés tú como cirineo para llevarles la cruz volvérselas gozo. Que su espíritu viviente, en carne y hueso, sean como , profundamente humanos y con perfección divinos.

• Sin tu asistencia, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
• ¡Oh luz santísima!

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G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu intención, así en la tierra como en el cielo.

Ea pues, Señora, letrada nuestra, regresa a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre y en todo momento Virgen María. Suplica por , Santa Madre de Dios, a fin de que seamos dignos de lograr las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Oh Jesús mío, excusa nuestros errores, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las ánimas, en especial a las más necesitadas de tu clemencia.

, solicitamos suplicantes. Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, lanza al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que andan desperdigados por el mundo para la perdición de las almas. Cordero de Dios, que quitas los errores del mundo, ten piedad de . Cordero de Dios, que quitas los errores de todo el mundo, escúchanos, Señor.

Señor, abre mis labios, y proclamará mi boca tu alabanza. Señor, abre mis labios, y denuncie mi boca tu alabanza. Señor, abre mis labios, y denuncie mi boca tu alabança. Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza. Dios te Salve Reina y Madre de Misericordia, vida , tiernicidad y esperanza nuestra.

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Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. ¿Has sentido en algún momento temor para encararte a las ocasiones injustas que vivimos hoy en día?

Dios te Salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, ya que, Señora Letrada Nuestra, regresa a esos tus ojos misericordiosos y tras este destierro muéstranos a Jesús fruto bendito de tu vientre. Oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros a fin de que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Por la señal de la santa cruz, de nuestros contrincantes líbranos Señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor, abre mis labios; Y publicará mi boca tu alabanza. Señor, abre mis labios; y publicará mi boca tu alabanza.

Señor Jesús, te pido por tus curas que cuando estén clavados en la cruz del confesionario, coloques en tu corona de luz en lugar de tu corona de espinas. El Señor nos socorre a , sus siervos, acordándose de su clemencia. El señor de los ejércitos está con , nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

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para lavar y bendecir tu nombre y el de tu santísima madre. Rezar el Rosario de la Divina Clemencia todos los días, es una oración muy poderosa y eficiente para todas y cada una de las pretensiones de nuestra vida. Ruega por nosotros, Santa madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. En estos misterios meditamos sobre el sufrimiento de nuestro Señor en su pasión y muerte. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio.

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