Nuevo Informe Muestra lo que tiene que saber sobre Abre Señor Mis Labios y por qué debes actuar hoy

abre señor mis labios

para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca gracias a tu humillación, en el momento en que te haya perdonado por todo lo que has hecho–declara el Señor DIOS. El guarda los pies de sus santurrones, mas los malvados son acallados en tinieblas, pues no por la fuerza ha de prevalecer el hombre. Te rogamos Señor, infundas Tu Gracia en nuestras almas para los que por el anuncio del ángel hemos conocido la Encarnación de Tu Hijo Jesucristo, por Su Pasión y Su Cruz, seamos llevados a la gloria de la Resurrección, por exactamente el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Ruega por Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de lograr las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.

• Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
• «El Señor es bueno. Su misericordia es eterna, su lealtad por todas las edades.»
• En estos secretos meditamos sobre el padecimiento de nuestro Señor en su pasión y muerte.

Señor, abre mis labios, y con mis labios te voy a cantar alabanzas. Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Por la persona y también intenciones del señor Obispo de esta diócesis. María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos en este momento y en la hora de nuestra muerte.

«he Ahi A Tu Madre» (jn 19,

Y no provoquéis más al beato espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, furia, pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por contra, bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en Cristo. 2.- Empleando un rosario, en las cuentas grandes se afirmará “Padre eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo, en reparación por nuestros pecados y los errores de todo el mundo entero”. Dios te salve Maria Muy santa, Templo y Sagrario de la Muy santa Trinidad, Virgen Concebida sin pecado original. Dios te salve Señor San José, Maria Madre de gracia y de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora. Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío.

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que por Tu muerte y sepultura santa, sean llevadas las ánimas de vuestros siervos a reposar a la gloria de la Resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santurrón, Dios por todos y cada uno de los siglos y de los siglos, Amén. Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce siempre Virgen María! , ruéga por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo, Amén. En este momento se nombran los misterios, que es como abrir un ámbito en el que concentraremos la atención. La lectura del Evangelio y una breve meditación, va a ser, rápidamente, el marco de referencia para llevar a cabo presente ese episodio o momento de la vida de Jesús. Imaginar la situación, ubicándonos en las circunstancias, es de gran impulso para beneficiar la concentración del espíritu, en el misterio que, a lo largo de la reiteración de las Avesmarías, se va a ir afianzando y haciendo más fuerte en la meditación. No se trata sencillamente de reiterar, sino de dejar charlar a Dios y escucharlo en el momento en que se esté rezando.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. «El Señor es bueno. Su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.»

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La escucha y la meditación se alimentan del silencio. Es recomendable que tras enunciar el secreto y proclamar la Palabra, esperemos unos instantes antes de iniciar la oración vocal, para fijar la atención sobre el misterio meditado. No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino más bien la que ayuda para la necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes.

abre señor mis labios

Cordero de Dios, que quitas los errores del mundo, perdónanos, Señor. Disculpa nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, transporta al cielo a todas las almas,en especial a las más necesitadas de tu Misericordia. Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, transporta al cielo a todas las ánimas, singularmente a las más necesitadas de tu Misericordia. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida perdurable. Por la señal de la santa cruz + de nuestros contrincantes + líbranos, Señor, Dios nuestro +.

A van a venir abochornados los que se enardecían contra , con el Señor triunfará y se gloriara la estirpe de Israel. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. 🇮🇹 Hecho con amor y pasión en Italia. 🌎 Disfrutado a nivel mundial. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

Líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre Y del Hijo Y del Espíritu Santurrón. -Abre Señor mis labios, y mi boca anunciara tu alabanza -Dios mio asiste en mi socorro, no tardes señor en socorrerme. Por estos secretos beatos de los que hicimos recuerdo, te solicitamos, ¡oh María! , de la Fe santa el aumento; la exhaltación de la Iglesia; del Papa el más destacable acierto; de la Nación (mencionar su país), la unión y feliz gobierno. Que el gentil conozca a Dios; que el hereje vea sus yerros.

Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas y cada una de las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega Señora por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Oh, María, traspasada de dolor en la calle de la amargura, por localizar en ella a tu inocente Hijo, sentenciado a muerte y agobiado con el grave peso de la cruz!

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santurrón, como era en un comienzo, en este momento y siempre, por los siglos de los siglos. Las diez Avemaria, este es el elemento más extenso del Rosario y que lo transforma en una oración mariana más especial. A la luz del Avemaría, bien entendida, es donde se aprecia con claridad que el carácter mariano no se opone al cristológico. Y tú le charlarás, y vas a poner las expresiones en su boca; y voy a estar con tu boca y con su boca y os voy a enseñar lo que habéis de llevar a cabo. Aquel día voy a hacer brotar el poderío de la casa de Israel, y abriré tu boca en la mitad de ellos; y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Dobla lo que está recio, excita lo que está frío, endereza lo que está perdido. Otorga a tus fieles, que en Ti confían tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna. T.- Oh Jesús mío, disculpa nuestros errores y líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre singularmente a las más necesitadas de tu clemencia. Dios te salve, María Santísima, Mujer de Dios Espíritu Santo, Virgen Muy pura después del parto. En tus manos encomendamos nuestra caridad a fin de que la inflames y el alma de nuestro hermano _____ a fin de que la salves.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte, ampáranos enorme Señora. T.- Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por ser quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte insultado. Quiero y sugiero firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis errores. Y confío en que en tu amabilidad y clemencia sin limites, me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a ofender. Dios te salve, Reina y Madre de clemencia, vida, dulzura y promesa nuestra; Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.

Sugiero firmemente, con tu gracia, enmendarme y alejarme de las oportunidades de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío en que me perdonarás por tu sin limites misericordia. En estos secretos meditamos la divinidad y la Gloria de nuestro señor Jesucristo. Me los perdonareis por vuestra preciosísima sangre, y me daréis felicidad para enmendarme y perseverar en tu beato servicio hasta el objetivo de mi vida Amen.

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María, Madre de felicidad, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón de haber pecado, poque he merecido el infierno y perdido el cielo, y sobre todo, pues te ofendí a tí, que eres bondad sin limites, a quien amo sobre todas las cosas.

abre señor mis labios