La verdad Acerca de Oracion Ala Virgen Maria

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Para ello debemos dejar, como María, que Jesús en la oración nos convierta por medio de la acogida de su Palabra. María es nuestra madre y es nuestra protectora, el cariño tan grande que ella nos tiene se manifiesta en todo momento y lugar, busquemos siempre y en todo momento su cobijo. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos y cada uno de los Obispos, para que conduzcan a los fieles por caminos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las ánimas.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; en tanto que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu precaución, Señora y madre nuestra. Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta medalla sea para todos , prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos nos bendiga tu cariñosa protección y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen poderosa, consérvanos siempre y en todo momento a tu lado en todos los instantes de nuestra vida.

(oración A La Virgen Del Carmen)

Hazme niño, pequeño y dulcisimo a fin de que el Buen Dios escriba lo que ha querido de esta vida, para su gloria y como verdad que alumbra. Derrama, Señor, tu felicidad en nuestros corazones para que, los que hemos conocido por el aviso del ángel la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Muerte, lleguemos a la gloria de la Resurrección. Dios te salve, María, llena eres de felicidad, el Señor es contigo, bendita eres entre todas y cada una de las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, suplica por nosotros pecadores, en este momento y en la hora de nuestra muerte.

Llenos nuestros corazones de absoluta seguridad, asistimos a tu maternal afecto. Somos pecadores y no merecemos tu protección. Pero al contemplarte en la Medalla Milagrosa con los brazos libres, invitándonos a acercarnos a Ti y con las manos derramando a torrentes tus bendiciones, animosos asistimos a tus pies, para exponerte durante esta novena nuestras urgentes necesidades. Te pedimos, Señor, infundas tu felicidad en nuestras psiques, a fin de que los que hemos conocido por el mensaje del ángel el misterio de la encarnación de tu Hijo, seamos conducidos a la gloria de la resurrección, por los méritos de Su Cruz y Pasión.

Para proteger a nuestros hijos no requerimos de un manual. Cuando nuestros pequeños nacen, la Santa Madre María pone en nuestras manos el poder protector más especial que hay en la tierra.

Novedosas Oraciones

Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más clemente. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el mantón de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

• Cristo la logró “carne de su carne” .
• Hazme niño, pequeñito y dulcisimo a fin de que el Buen Dios escriba lo que ha querido de esta vida, para su gloria y como verdad que ilumina.

Te lo solicito por tu Santo hijo, Nuestro señor Jesús. Virgen Muy santa, que habiendo agradado al Señor fuiste escogida para ser su Madre, Inmaculada en cuerpo y alma, dirige piadosa una observación sobre estos hijos que te imploran tu protección. La serpiente infernal, contra la que fue lanzada la primera maldición, sigue atacando ferozmente y tendiendo lazos a los desterrados hijos de Eva. Salve Reina de misericordia, Señora de todo el mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los agobiados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda pureza. La oración es la máxima herramienta para bendecir, entreguemos la vida de nuestros pequeños hijos a y observaremos cómo ella se encargará de llevarlos con ella por el camino del bien. Solo se precisará unos minutos de oración para que nuestros niños se queden sanos, libres y felices bajo la protección y intención de la Santa Madre María.

Que siempre que la llevemos nos bendiga tu amorosa protección, y nos conserve en la felicidad de tu Hijo. Hazlo con fe, pensando en tus hijos y en cuanto deseas para ellos el bienestar y la felicidad de una vida plena y manteniendo a nuestro gran constructor y nuestra madre celestial en sus corazones. Efectúa esta oración cada mañana al despertar y cada noche al acostar a tus hijos. También es una oración vigorosa para proteger a nuestros hijos cuando están lejos de casa. Cuando somos madres no existe nada más importante que el bienestar de nuestros pequeños niños.

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Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te solicitamos por todos y cada uno de los obispos, para que conduzcan a los leales por caminos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las ánimas. Madre de misericordia, Profesora del sacrificio escondido y discreto, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Oh María, sin pecado concebida, suplica por nosotros que recurrimos a ti.

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Santísima Virgen, tú acompañas por los caminos de todo el mundo a los que expatrian en pos de trabajo y de pan. Muy santa y también Inmaculada Virgen María, oh Mi madre, a ti que eres la Madre de mi Señor, la Reina de todo el mundo, la Letrada, esperanza y cobijo de los pecadores, vengo en este momento a soliciar tu bendición. te venero, oh enorme Reina, y te doy gracias por tantos favores que me hiciste anteriormente; pero más que nada te doy gracias por librarme de todos los males. Te amo, oh Señora dignísima de todo amor, y por el amor que te tengo, prometo de ahora en adelante servirte, y hacer todo cuanto de mí dependa para que otros te amen. En ti pongo mi seguridad y mi esperanza de salvación. Recíbeme como a tu siervo y cúbreme con tu mantón de protección, tú que eres la Madre de la misericordia.

Te brindamos estas 2 hermosas oraciones para festejar y agradecer a Nuestra Madre en su cumpleaños. para que, ayudados con tu gracia, ofrezcamos una hostia digna y aceptable en la existencia de la suma y única Trinidad. Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria. Aquí nos tienes humildemente postrados frente tu espectacular imagen. En Ti ponemos toda nuestra esperanza. eres nuestra vida y consuelo.

Y ya que tienes tanto poder para con Dios, líbrame de las tentaciones, o cuando menos obtenme la felicidad de vencerlas. Te pido un verdadero amor a Jesús, y la gracia de una santa muerte. Oh Mi madre, por el cariño que tienes a Dios, Nuestro Señor, te suplico que seas mi ayuda en todo tiempo, pero eminentemente en el último instante de mi vida. No me dejes, Madre mía, hasta el momento en que me mires salvo en el cielo, para bendecirte allí y cantar tus alabanzas por toda la eternidad. ¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!

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en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la desaparición. Dios te salve, María, llena eres de felicidad, el Señor es contigo. Concluimos esta linda oración, rezando fervorosamente una Ave María con la más grande devoción. Contempla esta inmensa mies, y también intercede para que el Señor infunda apetito de santidad en todo el pueblo de Dios, y otorgue abundante vocaciones de sacerdotes y religiosas, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los secretos de Dios. Querida María, dulce mi madre, libérame de mis adversarios que corroen mi alma y la maldad que está en mi acecho, eternamente voy a estar agradecido y a ti serán mis sentimientos de devoción y fidelidad. tú, que nos brindas la oportunidad de estar comunicados con tu hijo, que nos otorgas la oportunidad de charlar con Dios, te suplico que documentes mis peticiones a fin de que sean atendidas con urgencia y efectividad. Por favor mira el próximo vídeo con una hermosa oración a Nuestra Madre para que escuche todas tus suplicas y use su enorme poder intercesor a tu favor.

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No quieras, oh Madre, menospreciar nuestras súplicas, antes bien escúchalas y cúmplelas. María, madre mía, enséñame a comprender mi sufrimiento como lo haces y a aguantarlo en unión con el padecimiento de Jesús.

Confío madre en que me guiarás y cuidaras en todos y cada paso que dé, y me animarás a rezar a Dios y a distanciarme de las tentaciones de pecar. Querida Madre, Santa Virgen María, socorro de los afligidos, defensor de los indefensos, libérame y sálvame del mal que me acecha, de cualquier patología.

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